Si sabes quién es Espinete, llevaste tupé con faldas de vuelo y pantalón con estribo; si viste desfilar a Christy Turlinton con hombreras, y recuerdas qué grupo era «metálico en el jardín botánico«, te informo, por si no lo sabías, que te estas haciendo mayor y rondas los «40 palos» y avanzando.

Ohhhhhh ¿te parece una mala noticia? Pues sigue leyendo

Cuando, como la fruta, maduras, lo sabes porque haces cosas «raras y teóricamente inexplicables», como: invertir el importe de la tradicional fiesta multitudinaria de cumpleaños con más de 30 años de tradición (con regalos y chuches que mutaron a rones, y  calcetines por la rodilla que mutaron a faldas por encima de ellas) en ……… una máquina de coser…..  arrgggg «no way back?».

Ya tengo reservadas mis gafas de cerca para el próximo cumple

Cuando tu amigos de siempre te preguntan (entre alarmados y hasta preocupados) el por qué de este cambio, tú contestas como un impulso: – «porque me apetece….siguiente pregunta……»

Pues eso es lo que yo denomino DISFRUTISMO (Concepto de creación propia que nada tiene que ver con el consumo de fruta):

DISFRUTISMO: sustantivo, masculino. Admiración infundada por todas las cosas que te hacen disfrutar dejando de lado los convencionalismos y formas que dicta la sociedad.

Con una edad entre 35 y 45 te entra el «vértigo de la estabilidad» (que ya analizaremos algún día), te vuelves menos materialista  (aunque jamás confieses los zapatos que compras) y más «DISFRUTISTA» : un vinazo servido en copa de cristal fino,  sushi fresco y una buena canción, son suficientes para planear una apetecible velada. Si encima tienes un cómplice para compartirla….qué más se puede pedir.

Los «DISFRUTISTAS»,  a veces, también comemos frutas.

Con esa edad indeterminada tienes claríssssssimo que, sin lugar a dudas, pareces muuuuucho más joven que el resto de tus amigas….aunque ni ellas ni el resto del planeta se hayan dado cuenta aún (jajajaja… JAJAJA… UPS).  Sabes qué te gusta y lo que no, conoces qué te hace feliz y con quién puedes compartirlo, cómo y cuándo lo quieres. Es en ese momento cuando hasta casi te alegras de tener más canas, más kilos y más arrugas que hace 20 años

Cuando llega el momento en que consagras tu vida al disfrutismo, osas hacer lo que te apetece sin el miedo al qué dirán, arriesgas más, ríes mejor y te cuestionas si éste es el momento para empezar con esa nueva aventura que no sabes bien donde ira a parar. Desarrollas tu instinto creativo, te liberas de cuentas pendientes o te planteas reorientar tu futuro. Y todo antes de que sea ya demasiado tarde como para ir a cenar a ese restaurante que acaban de abrir y que la experiencia te dice que no tardarán en cerrar.

Y te da por compartir SUEÑOS…..y eso te acerca más si cabe a la REALIDAD.

Quizá sea la tan temida crisis de los 40 que con dos años de antelación ha llegado a mi vida como un ciclón, poniéndolo todo patas arriba, y yo, como Dorothy, me he puesto unos zapatos rojos con calcetines, un delantal cosido con mi nueva máquina de coser y avanzo por el camino de baldosas….

Todo recto hacia el DISFRUTISMO.

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