Desde que soy pequeña (vamos desde siempre) había imaginado ese GRAN DÍA de todas las maneras posibles.

 

Para los que no me conocen, colecciono VOGUE desde que tengo uso de razón y uno de mis mayores traumas infantiles sucedía cuando ya no cabía ni una revista más y tenía que ELEGIR cuáles se quedaban y cuáles abandonaban mi vida para siempre. UN DRAMA en toda regla. Después estudié periodismo y me mudé a Madrid.

Cuando recibí el email en el que me comunicaban que sería la nueva becaria de VOGUE, lloré. Bueno realmente no sé si lloré y grité o si grité y lloré ciertamente no lo recuerdo y para ser sincera no sé si lloré de emoción o de terror. Estaba en mi sillón haciendo zapping con una bolsa de papas fritas, en ese momento todos los looks IMPRESCINDIBLES de los últimos meses me pasaron rápidamente por la cabeza y pensé:
– TIENES que ir de compras. Tú no eres como la becaria en “El diablo viste de Prada” Rotundamente no. Ese “tienes” se convirtió en un “debes” y acabo siendo un “quizás”.
Abortado el plan «shopping», pasé una larga tarde en mi vestidor (que es realmente en un armario acogedor) eligiendo y combinando lo que sería mi «outfit» en mi primer día en la revista.
Antonia Blu
EL DÍA ANTERIOR: hice mi propio desfile de Victoria Secret. A falta de otra opción mejor opté por el espejo del cuarto de baño con «esa luz amarilla» que esconde y resalta lo justo y necesario. Nota metal: comprar espejo alargado el mes que viene.
Tras miles de pruebas e infinitas combinaciones, cuando ya en el armario solo quedaban perchas solitarias y la ropa estaba desperdigada por toda la habitación; opté por calzarme unas zapatillas con unos jeans (eso sí, con unas cuantas vueltas en el bajo para lucir tobillo en pleno mes de enero), un buen abrigo y una maxi bufanda que le diera «rollito» al LOOK CASUAL (Esto va bien, pensé).

 

detoxvogue
ESA NOCHE me acosté tarde poniéndome al día en lo último de lo último y en las tendencias para los próximos meses.
Con esto de trabajar en una revista de moda pensé que lo mejor sería unirme al club détox y a las tostadas de aguacate, bueno, unirme a mi manera.
Nada más levantarme tomé en ayunas un vaso de agua templada con limón y preparé un smothie antioxidante a
base de frutos rojos y leche de soja, para poder comentar con mis compañeras el apasionante «Healthy World». Nota mental: Adentrarme en el running y hacer boxeo.
EL GRAN DÍA llegó. Pues bien: ni almuerzo en un gastrobar próximo a la Castellana, ni taxi que me recogiera en la puerta de la universidad, ni maquillaje intacto, ni taconazos ni leches……
Mis prácticas empezaban a las 15:00 y salí de clase a las 13:30. Recalenté «un poco» mi tupper en uno de los microondas de la universidad, no tenía tiempo material para más, engullí su contenido y salí disparada al baño para retocarme el maquillaje. ¡¡¡HORRORRRRRR!!! mi neceser no estaba, lo había olvidado en casa, así que intenté disimular los ojos de panda y me di unos pellizcos en los cachetes.
 voguevintageEvidentemente fui en metro. Entre tanta gente intentaba sacar mi cabeza por un extremo y recordar: ES TU SUEÑO. ES TU SUEÑO; pero claro, es complicado cuando aparece «el tipo del acordeón» interpretando dios sabe qué y te toca al lado de «alguien que tiene una relación complicada con la ducha».
Llego a mi destino: REVISTA VOGUE, Paseo de la Castellana 9, algo despeinada, pero eso sí feliz, tanto que se me olvidó hacerme un postuselfie (POSTUREO+SELFIE). Una vez dentro me acompañaron hasta el que sería mi ordenador, me recosté en la silla, miré a mi alrededor y saque unas fotos, así de forma disimulada, como si estuviera leyendo algo realmente interesante en mi móvil. Espacioso, blanco impoluto y las ideas del próximo número en una pizarra:

SIMPLEMENTE PERFECTO.

DOS SEMANAS DESPUÉS…… he dejado el agua templada al limón, sigo corriendo, he asumido que NO tengo un vestidor kilométrico (y lo del estilismo me lo tomo con calma), las medias color carne NO son una buena opción y hasta le hago los coros al «tipo del acordeón».
Antonia blu

EN CONCLUSIÓN: SIGO FELIZ POR VIVIR UNA EXPERIENCIA REAL QUE SIEMPRE ME PARECIÓ UN SUEÑO.

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