Porque mi vida de «happy curvy mother» es una sucesión de dramáticas preocupaciones banales….

Hay realidades en la vida que no queremos ver; situaciones que se repiten una y otra vez pero que sólo verás cuando te exploten «de nuevo» en toda la cara….¡¡¡¡BOOOMMMMM!!!!! ….

Seguro que tú también estás entre las agraciadas con un sexto sentido (llámalo michelines) que te indica que, para «retomar de contacto perdido» con la báscula debes empezar siempre por la noche, vestida y después de cenar. Lo que, lejos de ser una absurdez, te permite restar gramos a tu libre albedrío y prepararte para «el gran golpe» que recibirás al día siguiente al repetir la operación en ayunas.  ¡¡¡¡BOOOOMMM!!!!

Pues entre michelines y piojos anda el juego por mi casa….

Veo a mis retoños jugar juntos (muy juntos), intercambiar cromos estando cerca (muy cerca), limpios y perfumados compartiendo almohada todas las noches unos minutos antes de dormir…… puede que incluso haya visto alguna vez la sombra de un piojo gigante que me hace una peineta proyectada en la pared…. pero miro para otro lado y salgo de la habitación haciéndome un «Moonwalk«.

No es hasta el momento en que llega la temida notificación….y no me refiero a una carta de Hacienda que acojona muchísimo menos….. que caigo en la cuenta. Me refiero a la notificación del colegio que te «recuerda, por si lo habías olvidado» que los piojos no se extinguieron con los dinosaurios y que, aunque no quieras verlos están entre nosotros.   ¡¡¡BOOOOMMM!!!

LOS PIOJOS dan yuyu, disfrutan amargándote la vida, aunque ellos «hacen su vida», te miran sin miedo a los ojos, se ríen en tu cara como nadie más lo hará, se camuflan, se divierten en fiestas multitudinarias y se reproducen a un ritmo mayor que los michelines haciendo la «dieta del turrón».

Lo reconozco, me acojonan más que una carrera de montaña, de esas que derriten lorzas. Por eso grito a los cuatro vientos que:

ODIO LOS PIOJOS y LOS MICHELINES. 

Porque se instalan sin pedir permiso y cada vez que creo ver alguno nuevo, por pequeño que sea, pienso que se quedará ahí a vivir para siempre, se hará más grande y se multiplicará …..o me tocará sudar la gota gorda para librarme de ellos.

Y no me digas que tu hija/o de más de 3 años «nunca ha tenido piojos»….. porque esta será mi respuesta querida amiga:

«cuando una pasa la liendrera con el mismo ímpetud con el que se quita el rimel en fin de año,  no obtienes el mismo resultado que cuando lo haces como queriendo encontrar en el fondo del bolso los 50 céntimos que te faltan para pagar el Parking»  ¡¡¡BOOOOMMM!!!

Y de esto sé «un rato» ya que, por casualidades de la vida, SIEMPRE me toca a mí. A pesar de que al Señor de mi Casa se le llene la boca afirmando que «si es por el bien de sus hijos a él no le molesta la tarea» para luego afirmar que «aunque no le importaría hacerlo el problema es que «no se le da bien»«….. vamos nivel «puto amo» del escaqueo ¡¡¡BOOOOMMM!!!

LOS PIOJOS: Son esos pequeños seres a los que solo nombrar produce urticaria….porque el asunto de los piojos es: «QUE ESTÉN EN LA CABEZA» y no me refiero a tenerlos viviendo SOBRE la cabeza sino que la sola evocación de la imagen DENTRO de la cabeza hace que te entre un picor irrefrenable por todo el cuero cabelludo……….

Y ahora que te veo rascarte mientras me lees, te entra la duda: ¿será acaso una «piojo alucinación»?……¡¡¡BOOOOMMM!!!

Porque SI queridas followers; si los buscas CON PACIENCIA, UNA LIENDRERA NUEVA, EN MECHONES FINOS Y A LA LUZ DEL DÍA…..probablemente encuentres algún piojo, así que mete fuerte la barriga  porque  justo en ese momento…..

empieza la piojo party….

¡¡BOOOMMM!!