ESTE AÑO «ME FUMO» LAS FIESTAS, no me queda otra,

porque SI, me gustaba fumar.

Ya sé que «no se lleva, que está “out”, que es un “rollo” para los que no fuman, que «apesta» y que es «muy malo» para la salud.

Pero a mi me gustaba, fumaba porque quería, no soy una adicta (pocos lo reconoceremos). Disfrutaba mucho de un cigarrito acompañando el café. Incluso en estos últimos años en que muchas veces fumaba “sola”, (porque cada vez me acompañaba menos gente) me gustaba. Reconozco que muchas veces utilizaba el tiempo de un pitillo para hacer una pausa, coger aire, evitar alguna situación, eludir conversaciones incómodas e incluso entablar otras “nuevas” y, muchas veces, conocer gente (porque es cierto que en las puertas de los locales se conoce mucha gente)….. y es que visto así …….

Soy una mujer de casi 40 con «voz de pito» que habla mucho, fuma  un poco y bebe menos... pero YA NO,  los que me vean en estas #felicesfiestas que sepan que:

 

YO, YA NO SOY YO.

 

Porque tras dos meses de «afonía» y para estrenar el mes de Diciembre, el médico va y me PROHÍBE fumar, hablar y beber
y encima me desea “FELICES FIESTAS” ¡¡no te jode!!!….
(Seguro que «me tiene Manía»).

Empecé relativamente tarde, en la Universidad, porque fumar era una medida de tiempo en las laaaaaargas jornadas de biblioteca. Desde que «confesé» mi vicio hasta a hoy, me he mantenido en 3-4 cigarros al día (las juergas locas y los eventos sociales no cuentan como “día”) así que soy, oficialmente, una “fumadora social”.

Cuando fumas sabes que «algún día tendrás que dejarlo», sólo es cuestión de tiempo, y en lo que ese día llega te vas haciendo #SaraMontieles uno detrás de otro. Al menos en mi caso, ni me planteaba cómo lo afrontaría llegado el momento….. , y en eso estaba yo…. PERO LLEGÓ EL DÍA:

nunca pensé que fuera tan pronto,
en unas fechas tan malas,
con una contundencia tan grande.
En fin….

El caso es que ese momento ha llegado como una bofetada y mis hijos se han puesto #locosdecontentos. Ellos que nunca me han permitido engañarme con el “yo fumo poco” y «que pasan días sin que me vean fumar»…. se han alegrado, lo han celebrado abrazándose y gritando ¡por fin! cuando les dije que se acabó……….

  no hay mal que por bien no venga……… ¡¡¡digo yo!!!.

Pero mientras mis hijos celebran yo siento que me falta el aire, porque no sé si seré capaz…… miento, sé que seré capaz, pero el problema es que no sé si seré capaz, ahora. 

Dudo de mí y en lo que dudo y temo…. y en lo que temo y me angustio…. me angustio por los días que vendrán…. por las cenas de trabajo en las que fuman «los que no fuman», Navidad y conversaciones de cuñados en  la terraza, el Fin de año y brindar con  el «primero» del 2018, días completos de reuniones con la familia,……..

Son tantas cosas en estas fechas, se me hace tan cuesta arriba sólo de pensarlo …

Y mientras los días pasan… y ya van 7 y mañana serán 8, porque hoy tampoco fumaré. Igual que ayer, que tampoco fumé. He decidido plantearlo como superar un reto cada día y por ahora seguiré con mis cigarros en el bolso, porque:

 SIEMPRE
ES UNA PALABRA DEMASIADO LARGA.

Los que hemos estado siempre a dieta tememos ese «NUNCA MÁS» y lo solemos sustituir por «HASTA QUE»: me sirva la falda/llegue a 70 kg/la boda/el viaje/la fiesta ….

Pero esta vez es distinto: Esta vez debe ser para siempresi caigo volveré a levantarme y a coger otra bocanada de aire limpio. Porque mi lesión en las cuerdas vocales (aunque no tiene muy buena pinta)  seguro que terminará quedando en nada pero  yo saldré reforzada de este susto.

 

Y es que….  3 meses antes de llegar a los 40,
la vida me ha recordado al oído…. que:

yo tampoco soy inmortal.

 

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